El tema de este mes en lo que respecta a la producción de cortos es (redoble de tambores)… ¡el surrealismo! El mundo de los sueños, de lo imposible, de lo increíble; el mundo donde la realidad es una percepción relativa y a veces completamente perdida, donde las fantasías de la mente se desenvuelven sin problemas y donde la imaginación es lo único que detiene al creador. Un tema maravilloso, si me preguntan a mí, pues las posibilidades a la hora de construir mundos y personajes son infinitas pero, a su vez, resulta ser todo un desafío a la hora de llevarse a cabo.No es tan fácil como parece, sin embargo. A la hora de crear historias, de visualizar mundos y de concebir personajes dentro de estos parámetros, la mente puede quedarse atascada, bloqueada, imposibilitada para seguir. No es que no sepamos que queremos contar, sino que no tenemos bases para saber cómo contarlo. Es por eso que resulta muy útil tener unas bases y algunas referencias para poder seguir adelante con este proyecto.
Por este motivo, presento a ustedes, a continuación, una lista de varios productos artísticos que tocan y trabajan de manera ejemplar el surrealismo. No es una lista definitiva, porque obviamente yo no me las sé todas, pero es una lista que espero los ayude a la hora de contar esa magnífica e increíble historia que todo sueño y toda fantasía carga consigo.
Salvador Dalí y su obra
Si yo digo “sueños” y “surrealismo”, no son pocos los que piensan en Dalí y sus pinturas. Pocos son los que no lo conocen y, cuanto menos, tuvieron que haber visto ese hilarante segmento en el que él aparece en la reciente película Medianoche en París (película también altamente recomendada para este tema). Aun así, es necesario hacer hincapié en su importancia en relación al surrealismo: ¡ES MUY IMPORTANTE!
A simple vista, sus cuadros parecen una locura. Los observamos más de cerca y les dedicamos un poco más de tiempo y nos damos cuenta que… siguen siendo cosa de locos. ¡Claro! Es que no son obras que retraten la realidad en lo absoluto; son el resultado de la imaginación, de una creatividad desbordante que rompe con todo lo que concebimos como real. Puede que este sea, en verdad, el pintor que mejor allá retratado la locura, la inverosimilitud y la majestuosidad de los sueños.
Sí, así de loco estaba...
...Solo piensa, ¿quién en su sano juicio tiene ese bigote?
Brazil
Está claro que, para que los sueños puedan existir, tiene que haber una realidad fija, estática, que nos sirva como referencia. Aunque el mundo futurista planteado en Brazil por Terry Giliam es ostentoso e hilarante, es en los sueños del protagonista donde encontramos su verdadero valor: una ventana que refleja, pero que a la vez nos permite escapar de la realidad. De las monotonías del trabajo de oficina a sobrevolar hermosas planicies; de vivir en continuo temor por la vida a enfrentarnos a monstruos gigantes. Los sueños son para escapar de la realidad, para vivir lo imposible y estudiar desde la abstracción nuestras vidas. Lo demás es televisión.
Bizarra, inquietante, irreal
Brazil es una obra distopica digna de reconocimiento. Los paisajes y situaciones de su realidad sirven ya de base para dar comienzo a una pesadilla, y los sueños que presenta nos permiten apreciar como la ilusión y la esperanza florecen en lo irreal. Una película imperdible, cargada de crudo humor y espectaculares ideas, además de tener una samba bastante pegajosa.
La realidad puede ser tan increible como los sueños en Brazil, pero solo en una reside la esperanza
Más allá de los sueños, de Richard Matheson
No todo lo que brilla es oro. Si tiene la palabra sueños en el titulo no significa que de eso trate, o que nos vaya a servir como referencia. ¡Pero en este caso sí! Esta obra de Richard Matheson, mismo autor de Soy leyenda, es una historia que se basa en gran parte en La Divina Comedia, pero que tiene una narrativa más amena y una historia más intrigante y emocional. Cierto es que para la literatura resulta mucho más difícil expresar los términos del surrealismo, pero aun así muchas son las obras que lo logran… como esta. ¿Quién no se emociona al ver como un hombre desciende del cielo hasta los confines del infierno solo para reunirse con su amada esposa, quien ha cometido suicidio y está condenada a pagar con sufrimiento el tiempo que aun debía en vida? Si no estás enganchado, debe ser porque no estás prestando atención, así que es mejor que leas el libro.
Esto es lo que hay más allá de los sueños
Y, para todos los cineastas del grupo, hay una película del libro. ¡Si, una película! Es bastante fiel, debo decir, y es muy colorida, visualmente espectacular. Hasta tiene a Robin Williams, solo que aquí no es tan gracioso como en Patch Adams. Así que, ya sea que quieran leer la historia o prefieran ver la cinta, Más allá de los sueños es una historia que no se querrán perder.
Pink Floyd The Wall
Muchos, muchos, MUCHOS videos musicales son o intentan ser de este tipo: surrealistas. Sin embargo, muchos, muchos, MUCHOS son los que caen en el olvido. Pero no The Wall, aunque técnicamente tampoco es un video musical que digamos. Personalmente, no es una película que me guste mucho; pero he de admitir que a la hora de crear, a la hora de embarcarse en ese viaje fantástico y algo retorcido en el que van la música y la imagen… puedo decir que en eso triunfa.
¿Los comunistas? No, Pink Floyd
La combinación de live-action y animación, la narración de varias historias que crean un panorama mucho más grande para el espectador y lo alocado de sus videos hace de The Wall una obra que ha de contemplarse si se quiere aprender un poco sobre lo que es dejarse llevar por la imaginación y la inspiración de la música y de una de las bandas más influyentes que hayan existido (que conste que yo no estaba insinuando hierba; eso se lo imaginaron ustedes, mal pensados). No es necesariamente disfrutable, pero se puede aprender mucho de esta pieza.
Monty Python’s Flying Circus
Leí una vez un artículo de la revista TIME que decía algo así sobre este programa de televisión: “si no fuese por los Monty Python, los geeks del mundo no tendrían forma de comunicarse. Es el único programa que hace de las tragedias de Shakespeare y de la física cuántica algo tan divertido”. Pues, lastimosamente, nuestra generación no creció con este hilarante programa donde la gente invisible es completamente visible y donde las personas iban a clínicas para que se les suministrasen argumentos; aun así, no hay razón por la cual no podamos disfrutar de él ahora, ¿no?
No imagino alguna circunstancia en la que no sea rara esta foto
Monty Python’s Flying Circus fue el grandioso experimento de este grupo de comedia británico, en los tiempos en los que el humor de este pueblo era inteligente y tonto a la vez, en lugar de ser completamente negro. Son, en pocas palabras, los sketchs más alocados que veras en toda tu vida. ¡Así de loco es! Está Hamlet caminando por la calle, cuando decide ir a una clínica para saber sobre sus sueños y su impotencia; el doctor resulta ser falso, junto con otros dos que están locos, y antes de que te des cuenta todos están siendo estallados por una bazuca. “Absurdo” igual “genial”, “gracioso” y, para los más modernos, un buen “LOL”. ¿Aun no te convences de que esto sea irreal?
Y esto es solo el comienzo...
Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo, de Lewis Carroll
No podemos concluir la primera parte de nuestra lista sin hablar de la obra maestra de Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas y su continuación, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí son dos novelas que narran la historia de la joven Alicia, una muchacha amante de los gatos y de inocencia pura, la cual, sin previo aviso, se ve sumergida en un mundo increíble, mágico y a la vez peligroso, donde la incredulidad es cosa nula y donde el discurso va unido de la mano a los asombrosos escenarios y personajes planteados por el autor.
Ni algo tan normal como el té esta a salvo de las fantasías de Carroll
Lo increíble de esta obra es como el autor se ha empeñado en hacer que cada palabra nos sumerja más y más en su delirio, en su ensoñación. Con juegos de palabras, rimas, poesía y hasta cambios tipográficos, Carroll ha hecho de este un clásico inolvidable, lleno de personajes para recordar, como el Sombrerero y la Liebre de Marzo, dos tontos que se robaron el tiempo y que ahora están atascados eternamente en la hora del té como castigo; situaciones alocadas, como un juego de ajedrez que cubre reinos enteros y cortes demenciales donde está prohibido crecer más allá de cierta altura. ¡Un clásico de la literatura y un reconocido ejemplo de surrealismo!
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